10 Negritos: Usen sus dedos para contar los asesinatos
- Ronald Gil @thedaniels88
- 16 mar 2017
- 2 Min. de lectura

Información general:
Autor: Agatha Christie.
Sinopsis:
Diez personas reciben sendas cartas firmadas por un desconocido que les invita a pasar unos días en su mansión de la costa de Devon. En la primera noche, después de la cena, una voz les acusa, a todos y cada uno, de su pasado culpable. Lo que parece ser una broma macabra se convierte en una espantosa realidad.
Crítica:
Esta es una de esas historias que engloba temas que llaman la atención de un buen lector de misterio: asesinatos, atrapados, una mansión lujosa, isla y mucha, mucha sangre. Había escuchado recomendaciones de este libro, lo busqué hasta debajo de las piedras y no lo encontré, hasta que un día me acerqué al puesto de un señor que vendía libros viejos en un bulevar de Los Teques, colocados delicadamente en el piso, y observé una portada algo desgastada que decía: Diez Negritos. ¡Lo compro!
A penas llegué a casa comencé con mi lectura. La historia es sumamente interesante. Diez personas son invitadas por un extraño a pasar unos días en su isla, estos al llegar a la mansión ubicada en la Isla del Negro (rodeada por historias misteriosas) son recibidos por una tenebrosa voz que los acusa de diversos crímenes.
Allí es donde comienza lo bueno y la verdadera tragedia de todo. Sobre la mesa del comedor hay 10 estatuillas de negros que van desapareciendo cada vez que hay un asesinato, ya que la historia se basa en una canción (no tan de cuna) que dice:
Diez negritos se fueron a cenar
uno de ellos se asfixió y quedaron
nueve.
Nueve negritos trasnocharon mucho
Uno de ellos no se pudo despertar y quedaron
ocho.
Ocho negritos viajaron a Devon
uno de ellos escapó y quedaron
siete.
Siete negritos cortaron leña con una hacha
Uno se cortó en dos y quedaron
seis.
Seis de ellos jugaron con una avispa
A uno de ellos lo picó y quedaron
cinco.
Cinco negritos estudiaron derecho
Uno de ellos se doctoró y quedaron
cuatro.
Cuatro negritos se fueron a nadar
Uno de ellos se ahogó y quedaron
tres.
Tres negritos se pasearon por el zoológico
Un oso los atacó y quedaron
dos.
Dos negritos se sentaron a tomar sol
Uno de ellos se quemó y quedó nada más que
uno.
Un negrito se encontraba solo
Y se ahorcó y quedó...
¡Ninguno!
Y es así como uno a uno, de acuerdo a las circunstancias y a la letra de la canción, van muriendo los personajes. Christie dijo que una de sus fórmulas secretas era que “la mejor receta para la novela policíaca es que el detective no debe saber nunca más que el lector”. Lo cual se cumple a cabalidad en esta historia.
Si me lo permiten, les sugiero que vayan anotando los nombres de los personajes y sacando sus conclusiones a ver si dan con el psicópata asesino. Quizá se vuelvan un poco locos al descubrir que quien ustedes señalan como el culpable resulta asesinado (a mí también me pasó). ¡No podrás creer quién es el asesino!
Les recomiendo este libro con los ojos cerrados, o mejor abiertos para ver quién será el próximo “negrito”. Pueden ahora decir que les gustó la reseña y compartirla en sus redes, o quizá hable con el misterioso Owen para que los invite a la Isla del Negro.
¡Feliz jornada de lectura!
PD: Aquí les dejo un video con la canción de la novela...
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