
¿Te has enamorado alguna vez?
Si dudas, todavía no te has enamorado, tiene medio tonos. Es absoluto, aunque puede ser breve y pasajero, pero mientras dura es total, competo, imperativo. Enamorarse es no poder dormir por las noches, es perder el apetito y hartarse de pasteles, es ser feliz y ser desgraciado, es morderse las uñas y mirarse al espejo, sentirse indiferente al mundo y estas en su mismo centro, es darse cuenta de que existe tu cuerpo y el cuerpo de otro o de repente volverse ingrávido, ligero. Enamorarse es ponerse colorado por cosas que los demás no entienden, callarse mucho rato o hablar atropelladamente.
Enamorarse es una enfermedad común en jóvenes y viejos, pero los viejos a veces conocen formulas secretas que los vuelve inmunes… Entre los jóvenes, en cambio, el amor hace estragos, es una autentica epidemia, viene con el mes de mayo y se queda verano, invierno y sin irse, regresa. Al amor le gustan los días de lluvia y los días de sol, el frío les acurruca, el calor le pone blusas de hilo y de algodón.
Se hace difícil hablar del amor porque cada cual lo siente suyo, íntimo. Sin embargo quien se enamora busca palabras para expresarlo, palabras propias o ajenas, lee versos y los escribe, envía cartas y espera la respuesta, y llena los muros, los pupitres, las cortezas de los arboles con nombres, con iniciales, con símbolos transparentes…
En este texto que tienes al frente me atrevía hablar del amor, de un primer amor intenso y lejano, olvidado y eterno.
Si te has enamorado alguna vez, si te parece, demuéstralo, exprésalo, has todo lo que tengas que hacer para que tu corazón sane…
Richard Ereipa
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